TRIBUTO A LOS SERES BRILLANTES CON QUIENES HE TRABAJADO
Habiendo perdido el cuarto de bachillerato, hoy noveno,
obligado a terminar en un colegio diferente al que comencé, cuatro años después,
ya graduado y comenzando la universidad, regresé al colegio del que fui
despedido fulminantemente por bajo nivel académico, lo que se resume en pérdida
de dos materias, no superé sus cursos remediales y me rajaron en la
rehabilitación; por eso no me gusta llegar a extremos pues yo no supero una
rehabilitación. En fin, contaba que debí regresar para acompañar a mi hermano menor
en su grado con distinciones y allí me encontré con los profesores de Álgebra y
Español, los de las materias de marras; ambos al unísono, en forma conmovedora,
profunda y directa le entregaban el dictamen a mi mamá “…Doña Berthica, por fin un Rojas que saca la cara por la
familia, serio y estudioso, porque el otro que conocimos, no pasa nada; téngale
fe a este y apuéstele alto que es el futuro de la familia”. Con los años la
predicción se cumplió con mi hermano: estudioso, juicioso, excelente padre, profesional
en varias carreras y a varios niveles, buen hijo y mejor hermano.
A mí me tocó estudiar algo y trabajar otro tanto; de hecho,
me ha tocado desempeñarme en cargos Gerenciales que es donde los empresarios y
los empleados ponen a los que son poco brillantes, pero con gran sentido común
y de la oportunidad, tan creativos como recursivos para solucionar y mediar,
que es lo que somos y hacemos los gerentes. Allí me ha tocado defenderme y
sobrevivir para sorpresa de toda mi familia, profesores y amigos, quienes no se
explican cómo he logrado llegar al 2019 con tan buen aspecto y sin haber vivido
más procesos de rehabilitación.
Mis primeros trabajos estuvieron enmarcados en temas como
operario de máquinas troqueladoras, auxiliar de control de calidad de
producción, vendedor y luego escrutador de boletería en escenarios hípicos, y
también, desde mandadero hasta lavador de carros de conocidos y familiares. Que
escuela ni que mierda, lo único que logró eso fue empujarme a no quedar en la
base, porque allí se come mal, se vive peor y las bonitas salen con los bien
vestidos. No era lo mío, pero hoy trato con mucho cariño y apoyo el desarrollo
de carreras a los que encuentro con ganas en esos niveles.
Ya profesional, mi primera gran enseñanza y relación con un
jefe vino de la mano de Don Joaquín Vincent, español él, creo que andaluz pero sí bohemio y sibarita;
yo le gerenciaba una unidad de máquinas tragamonedas ( tipo casino, repartidas
por toda Cali) quien me enseñó a seleccionar las damas más inquietas por sus
gustos musicales, lo que comen y como visten, pero también que cuando un
empleado entra pidiendo plata prestada a la empresa y a los pocos meses tiene
zapatillas Reebok, fuma Marlboro y tiene gafas Rayban es porque le está robando
a la empresa; no se equivocó nunca y yo después tampoco. Que tristeza y que
perra que nos pegamos el día que le renuncié, pero entendió y aceptó pues
siempre respeté su empresa, sus principios y sus mujeres. Igual lo he hecho con
todos…
En CINE COLOMBIA con Ossa y el grandulón Segura,
aprendí que la jornada de un buen trabajador es de 60 horas semanales, que se
debe estar dispuesto los 7 días de la semana y que un problema debe ser
atendido, así sea en fin de semana a la madrugada. El producto tenía que
dominarlo, al punto que semanalmente veíamos de 10 a 15 películas nuevas y
viejas para entender de qué se trataba el negocio.
Cuando trabajé para el diario EL PAÍS, bajo la
dirección y enseñanza de Rodrigo Lloreda Caicedo, varias veces Ministro de
Estado y Designado (cargo que hoy denominan vicepresidente de la República)
entendí que las apuestas en las empresas debían ser altas, pero seguras, sin
olvidar que la empresa privada y los negocios son un riesgo en el que no
siempre se gana, pero que se debe tener un colchón y un plan B para la crisis y
el error. Él y yo, puedo decirlo con toda la autoridad, hicimos historia en la
región, no sé si en el país, pues la edición de los domingos la llegamos a
sacar en tres y hasta cuatro entregas de tal forma que tú encontrabas el
periódico del domingo en las calles desde las 6 pm del sábado, a las 9 pm, a la
1 am para reparto de suscriptores y a
las 7 am para los que le compraban a los voceadores en la puerta de sus casas;
las ventas de los domingos las incrementamos en un 100%.
Por primera vez, fueron dos, en el sector público, víctima
de nuevo, de ganar un concurso en el que nos presentamos 73 candidatos, llegué
a TELEPACÍFICO, el canal de televisión abierta oficial del occidente
colombiano a trabajar con el Dr. Germán Patiño O, creador del mejor festival
folclórico del país y uno de los mejores de Latinoamérica PETRONIO ALVAREZ,
escritor de uno de los libros más premiados y reconocidos a nivel mundial por
su aporte al conocimiento de la cultura culinaria de nuestra región pacifica,
de quien aprendí que los medios de comunicación son el mejor instrumento para
formar pueblos amantes de su historia y cultura, alejarlos de la idiotez
generalizada y recrearlos con profesionalismo sin obedecer a intereses
económicos o políticos oscuros. Todo esto lo respetó el Gobernador Germán
Villegas.
Como resultado de mi buena gestión en el canal, el nuevo
Gobernador, Dr. Angelino Garzón y la Dra. Adriana María Barragán me llevaron a
la BENEFICENCIA DEL VALLE, en donde encontré un hombre comprometido con
las causas justas, totalmente austero y honesto, que halló en Adriana una
excelente Gerente y entre ambos me apoyaron irrestrictamente hasta mi salida
del sector público, en donde estuve casi 8 años en cargos directivos sin una
sola línea de duda al margen de mi hoja de vida. Angelino también llegaría a la
vicepresidencia de la República.
En estos años recientes tuve la fortuna de conocer 4 tipos
mayores, absolutamente comprometidos con sus empresas, totalmente exigentes, discretamente
exitosos, curiosos e insaciables con la mejora hasta el límite, suaves en el
regaño, definitivos en el despido. A todos ellos les aprendí así: Don Luis
Eduardo Vallejo de FERRETERÍAS LEVALLEJO a conocer y saber operar todos
los equipos que comercializaba y a no vender sino de estricto contado. Don José
G Tobón de ELÉCTRICOS DEL VALLE a que el empresario no es el único que
se lleva la plata para la casa, sino hasta después de repartirla con buenos
sueldos y bonos con sus empleados y a ser extremadamente meticuloso con el
manejo del crédito. Don Hugo Durán G del GRUPO CODINSA a “… no comer
entero, a desconfiar de la información inicial, a apuntar todo lo relevante” en
fin, a autogestionar. Don Eduardo Giraldo, hombre maravilloso a quien le
dedique unas bellas líneas en Facebook hace dos años, de ICOMALLAS a
precipitar la crisis para que las cosas cambien para bien y a rodearse de gente
que con él se volvían leales y efectivos.
En 42 años de actividad laboral no he estado incapacitado
más de una semana calendario sumadas todas las ocasiones; jamás me han pagado una
indemnización ni me han despedido; nunca me llamaron la atención por escrito ni
tuve un proceso disciplinario; apenas habré disfrutado 5 o 6 periodos de
vacaciones. Eso sí, se han quejado de mí todos los mediocres e ineptos de todas
las formas posibles… jamás ninguno de ellos progresó, salvo los que me
aceptaron y entendieron.
NOTA 1. En este artículo no me refiero a las personas,
básicamente empresarios, con quienes trabajo actualmente y por los próximos
años, pues no quiero perder objetividad, independencia, autonomía, ni capacidad
de discusión y hasta confrontación, pues todos ellos, aunque tienen empresas
sólidas y maduras, están en formación como líderes o en camino a disfrutar de
su retiro más adelante y pronto. Tampoco me refiero a otras 25 empresas, que de
una u otra forma han contado con mis servicios profesionales en calidad de
asesor o invitado a sus Juntas Directivas. En otro escrito comentaré mis
percepciones y experiencias como profesor y conferencista universitario.
NOTA 2. Con una lectura juiciosa encontrarás unas 15 o 20
claves para Gerenciar una empresa u organización con mística y éxito asegurado;
igual nunca sobrará estudiar toda la vida para sobresalir brillantemente.