CORONAVIRUS,
CONTAGIO, PANDEMIA, CUARENTENA, EMERGENCIA EN SALUD, MUERTE: conceptos todos,
hijos de la corrupción, la ambición y la insensatez.
Definitivamente, esta crisis mundial, que, así como no es la primera menos
será la última, pero si tal vez la más benévola comparada con las que vendrán,
nos deja muchas cosas claras y ojalá enseñanzas, caso en el cual dudo mucho,
pues una enseñanza en bien es algo que se aprende, se corrige y se previene
para el futuro, eso en este caso, conociendo la raza humana, seguramente no
suceda.
Veamos: el mundo viene de siglos de guerras muy generalizadas o
particulares, pero muy destructivas y llegó a su mejor momento, el más
democrático, el más avanzado, el de las mejores condiciones y aplicó dos
guerras mundiales pues la violencia de los líderes no tiene límite; después
esos mismos líderes enfrascaron a la humanidad en casi 80 años de muchísimas
guerras focalizadas, abiertas o veladas, eternas o cortas pero altamente destructivas, seguidas
o acompañadas de varias guerras frías en lo militar, político, económico,
religiosos y hasta científico. Somos una especie ególatra, envidiosa, violenta,
destructiva, insaciable e insensible, jamás creemos que vamos a estar peor,
aunque cada día nuestro hábitat y convivencia si lo estén.
¿QUIÉN NOS
EXPLICA?
Si no es así, cómo se explica el crecimiento y poderío de Hitler adentro y
afuera de sus fronteras por décadas; cómo el mundo aguantó dictadores asesinos
y sanguinarios por mucho tiempo en África y Latinoamérica; cómo aceptó la
invasión, destrucción y genocidio de las potencias en países pequeños, alejados
y sin más defensa que hombres, mujeres y niños reclamando la libertad para
profesar una religión o un esquema político y económico propio y no el
impuesto; cómo hemos aceptado el crecimiento de la industria, el transporte, el
turismo de forma tan irresponsable en la macro utilización de combustibles
fósiles y destrucción de la naturaleza a su paso; cómo hemos rechazado una y
otra vez todas las indicaciones científicas de la afectación del clima, el
crecimiento del nivel del mar invadiendo las ciudades, el descongelamiento de
las zonas de glaciares, la destrucción y/o desaparición de especies completas
en diferentes latitudes del planeta; cómo es posible que no hemos creído en la
afectación peligrosa y ascendente de la capa de ozono; cómo es que hacemos la
vista gorda con la “trashumancia” de los pueblos, el destierro, el desplazamiento,
el despojo de familias, comunidades y pueblos enteros en todos los rincones de
la tierra; por qué hoy, un presidente que no respeta a las mujeres, no respeta
a su familia, no respeta a los científicos, no cree en el cambio climático, no
cree en la pandemia actual, no cree en el rápido deterioro del medio ambiente
por cuenta del abuso del hombre y su mal llamado “desarrollo” es el líder de la
nación más importante del globo?
EL OSCURO PAPEL
DE CHINA
Y para finalizar esta parte de mi escrito: ¿cómo es posible que la nación
China a la fecha sólo manda pírricas ayudas a países con problemáticas serias
con la pandemia, mientras no explica el mal manejo que le dio al problema desde
su origen, la no comunicación efectiva y oportuna, la manipulación de la
Organización Mundial de la Salud, el mínimo o poco contagio en las naciones
afectas a sus intereses políticos y económicos, la adquisición de unos años
atrás con fuerte incremento este año de acciones o empresas críticas a nivel
mundial, su actitud soterrada y burlesca con la humanidad para encontrar
salidas prontas y eficaces a esta problemática? China tendrá mucho que
explicar, todo que indemnizar y mucho que devolver si es que los políticos,
economistas y autoridades del mundo se ponen a hacer en serio su trabajo y sin
recibir coimas o dádivas. EL GOBIERNO CHINO GRAN RESPONSABLE DE ESTA
DESTRUCCIÓN.
LA SALUD, UN
NEGOCIADO
Evidentemente que los pueblos esta vez van a tener que entender a las malas
que la muerte en gran cantidad, producto de la PANDEMIA, no es por el virus
como tal; para nada, nada que ver. Los humanos estamos acostumbrados a las
enfermedades pandémicas o no, y esta vez, lo evidente y la necesidad de la
CUARENTENA es la insuficiencia del SISTEMA DE SALUD privatizado, inepto,
corrupto, incapaz, sin herramientas, sin equipos, sin protección, sin capacidad
de respuesta. Todo porque el tema es un negocio, manejado, ejecutado,
controlado, vigilado y reglamentado por políticos que se desentendieron de él
como un servicio público obligatorio y universal propio de las naciones y lo
entregaron a amigos o a ellos mismos para explotación comercial y de empresa
ávara. Mientras estamos encerrados, estamos destruyendo la producción de los
países porque la salud es un negocio politizado, privado y corrupto, no por
ninguna enfermedad, que de otra forma habría sido bien atendida.
¿QUÉ SIGUE?
O el mundo comienza a escoger mejor sus gobernantes o esto se lo lleva el
putas más pronto que tarde, esa es la primera lección que debemos aprender.
Debemos terminar la utilización irresponsable de combustibles fósiles si no
queremos una emergencia más grave, prolongada, mortífera e irreversible para la
especie humana.
Debemos aprender a castigar y eliminar a los políticos corruptos en sus
pueblos o transnacionales como los actuales de China y Estados Unidos. Aquí hay
unos hijueputas en Cartagena que se los debiera comer la tierra.
Debemos reglamentar la producción, el transporte, el turismo y otras
actividades de tal forma que se des-impacte el medio ambiente y se haga más
equilibrado con un estilo diferente de vida que vamos a tener que cambiar en el
corto plazo.
Los sistemas de salud en el mundo entero deben ser nacionalizados, convertidos
en servicios y necesidades públicas de primerísima necesidad, con presupuestos
generosos, bien aplicados y muy controlados; dándole prelación a la
investigación científica y a que los avances sean de propiedad de la humanidad
y de aplicación generalizada.
Sí o sí tendremos que cambiar nuestros estilos y esquemas de
relacionamiento familiar y social, nuestros enfoques y métodos de trabajo y
nuestras rutinas de vida para superar ésta y las otras cuarentenas que vienen
de este o los otros orígenes que nos hace falta vivir.
Las anteriores pandemias, guerras mundiales, el SIDA, el CORONAVIRUS serán
un juego de niños cuando el clima se descontrole de verdad o la capa de ozono
ya no aguanta más los usos y abusos de la población actual. Creo que tenemos máximo
30 años, con las medidas correctas inmediatas unos 50 y con cambios radicales
al máximo nos darán como planeta con vida unos 100 años. En fin, tenemos entre
30 y 100 años para volver a convivir con la naturaleza sin ponernos en riesgo
todas las especies. De lo contrario desapareceremos.