RECURSO HUMANO, EL MÁS DIFÍCIL, ESQUIVO Y COSTOSO DE LOS
RECURSOS
Hace 15, 20 0 30 años teníamos un chiste cruel sobre el desempleo en Cali; decíamos
que si uno arrojaba al piso un billete de $10.000 en la Plaza de Cayzedo (Nombre
en Wikipedia) se tiraban a cogerlos 10 abogados, 8 economistas, 6
administradores y 4 ingenieros. Hoy en día, si arrojamos una hoja de vida de un
trabajador muy especializado, comprometido y efectivo en su disciplina,
cualquiera que sea y de todos los niveles, se tiran 10 empresarios por ella.
Las cifras del desempleo antes de la pandemia rondaban los 9 hasta los 10
puntos aproximadamente, hoy en día las cifras deben estar bordeando los 15
puntos y se espera que en un año vuelvan a estar en los 10 puntos o por debajo.
Pero si hablamos de trabajadores eficientes y eficaces, personas con mística
para trabajar, interesados en aprender formal o informalmente, algo autodidactas,
el desempleo es bien negativo, a mi parecer debe estar en el -20%, sin estar
pidiendo genios o talentos reveladores, simplemente colaboradores que lo hagan
bien y de un poquito más de la milla.
Hoy en día los muy buenos, los buenos y los aceptables empleados están bien
cuidados, protegidos y usualmente bien pagados en sus empresas, perder uno de
ellos puede afectar planes definitivos y cifras críticas en un negocio; no nos
podemos descuidar perdiendo uno de estos talentos y menos dejándolo ir a la
competencia. Otro gran fenómeno actual es el emprendimiento, el empresarismo y
la producción personal independiente, lo que está alejando ejércitos enteros de
trabajadores, mucho de ellos efectivos, a buscar su propio negocio o trabajar virtualmente
desde su casa para un patrón sin cara ni figura jerárquica o de mandamás.
Completa el panorama la amplia divulgación de la legislación laboral con
todo y sus variopintos comités, abusivos y exagerados algunos de ellos (en el
sector salud pueden ser hasta 15), las gestas increíbles e inquietantes de los
expertos en SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO, los famosos e imprescindibles
SALARIOS EMOCIONALES y los costos de
seguridad social y parafiscales que van a parar a manos de empresarios oscuros,
en especial los de la mayoría de las EPS, donde están lejos de prestar un buen servicio,
garantizar una sociedad sana y personal activo al 100% desde el punto de vista
laboral; alejan al trabajador de su puesto, no lo curan efectivamente, y que paguen
las incapacidades es una verdadera odisea.
En Colombia se deben estar necesitando entre 200 a 300 mil personas
formadas en SISTEMAS, INFORMATICA, DESARROLLADORES, ARQUITECTOS Y OTROS DE
SOFTWARE o simplemente técnicos para soporte (en una de las empresas hemos
requerido durante todo el año unos 5 o 6 de ellos y talvez esta semana logremos
contar con 3). El país debe estar requiriendo un millón de personas bilingües, otros
cientos de miles de estadísticos y analistas de información numérica o
simplemente social, ingenieros electrónicos, de robótica y científicos de
laboratorio por cientos de miles; pero no, seguimos formando comunicadores
sociales con desempleos de hasta 10 años y abandonando la carrera. Colombia no
se está preparando académica e intelectualmente para la sociedad del futuro,
para las nuevas tecnologías y para los retos que nos propondrá el planeta si
queremos subsistir como especie más allá de 50 años. Los políticos lograron robándose
los recursos públicos, que los muchachos se fueran para la primera línea a
destruir la infraestructura pública y privada y no a estudiar para la sociedad
y necesidades del futuro.
En las empresas recurrimos a PROGRAMAS DE BIENESTAR, acompañamiento sicológico,
gimnasios, zonas sociales de descanso; las mejores empresas implementan
metodologías tipo THE BEST PLACE TO WORK, todos temas de mi agrado y defensa.
Tratamos de borrar los órdenes jerárquicos, tumbamos paredes, nos vestimos
igual y compartimos parte de nuestra vida social, nuestros conocimientos y
hasta intimidad familiar en las redes sociales con los trabajadores, para que
nos vean cercanos, humanos y tan falibles y normales como ellos.
Por mi cargo de empleado a tiempo completo y las varias empresas con las
que estoy vinculado, en los últimos tres años he debido participar de no menos
de la selección de unos 200 colaboradores, todos los niveles desde servicios
generales hasta gerentes, pasando por jefes, técnicos y profesionales para varios
sectores de la economía. He leído unas 300 poligrafías y he conocido más de esa
cifra en ESTUDIOS DE CONFIABILIDAD de candidatos, al terminar estos procesos,
ya seleccionada la persona, incluso algunos trabajando un día, una semana o un
mes, se han ido, han abandonado su cargo porque validaron que ya no era lo que
buscaban, los llamaron de otro empleo o simplemente no están a gusto ni con
ellos mismos.
Otra historia, más patética aún, es que he encontrado que el consumo de
drogas entre menores de 40 años es del 90% aproximadamente, casi toda esta
población laboralmente disponible viene de hogares disfuncionales o ellos
mismos han propiciado la disfuncionalidad de su propio hogar; el 50% ha
cometido infracciones desde leves hasta graves en sus empleos anteriores y practicante
ninguno cree en el país político, solo en su grupo social inmediato. Ven a los
empresarios como un mal necesario, y si llegan a o viene de, empresas con
prácticas hartas en el manejo del personal, ya están resentidos y desconfiados
o lo estarán muy pronto. El más triste caso lo viví seleccionando unos chicos
con orientación sexual gay para el trabajo que debían desempeñar, tarea difícil
pero necesaria para esa empresa. En el proceso, de los 4 finalistas, 3 habían
sido abusados de niños por sus padrastros. En otro caso, eligiendo una mujer
profesional me incliné en primera instancia por una chica vivaz, animada, positiva
y bella; la envié a pruebas técnicas y luego a estudio de confiabilidad con
poligrafía; encontramos que todos los hombres de su vida, padre, dos padrastros
y 3 parejas la había maltratado tanto que alguna vez intentó suicidarse. No voy a contar los casos más difíciles que he
tratado.
Señor(a) empresario, gerente, jefe, no sea mierda, no trate mal su gente,
no los ignore, no abuse y no pague mal; pague justo, capacite todo el tiempo, sea
cercano, agradable y empático. Genere ambientes estimulantes para el trabajo,
lea sobre empresas, empresarios y negocios exitosos para que aprenda nuevas
técnicas y métodos para mejorar la gestión del más común, pero escaso y costoso
de los recursos, las personas. Sea altísimamente exigente, pero manténgase equilibrado
en lo relacional. De ejemplo en su vida pública y privada y entienda de donde
vienen y a donde van estos colaboradores cuando no están en su puesto de
trabajo.
Hasta aquí el ESTADO DEL ARTE de la situación del RRHH, descrita por
alguien que no está libre de pecado en lo tratado hasta el momento, pero si muy
comprometido con el cambio. Espero en una próxima entrega hacer un recetario de
las muchas herramientas que podemos emplear para sacar el mejor provecho de las
personas y devolver la mejor retribución posible.